22 Sep ¿Cómo es mi trabajo como consultora/formadora?
En mis formaciones adapto la metodología y las técnicas del ejercicio privado de la psicología y el coaching, al entorno de trabajo, para atender una necesidad básica del ser humano: sus emociones. La gestión emocional de equipos, es la base fundamental para dotar a las personas de estrategias de automotivación y, consecuentemente, de motivación de equipos para crear ambientes emocionalmente inteligentes, donde la satisfacción laboral es una consecuencia.
Mediante el entrenamiento en la gestión motivacional y emocional se puede conseguir la excelencia y una transformación estable, trabajando en cuatro áreas fundamentales:
- EL CONOCIMIENTO: “Saber”
- LAS HABILIDADES: “Saber hacer”
- EL ESTADO EMOCIONAL: “Poder hacer”
- EL ESTADO MOTIVACIONAL: “Querer hacer”
Una buena gestión emocional reduce la probabilidad de iniciar un proceso de desmotivación y es la clave para evitar procesos de estrés y/o insatisfacción, y la llave para desarrollar talento y mejora. Personas motivadas generan entornos de colaboración y compromiso, que permiten crecer y desarrollarse. Por estas razones, cada vez más, las Organizaciones son conscientes de ello, y apuestan por este tipo de intervenciones.
Los proyectos que lidero están dirigidos a todos los niveles de la empresa, abordan diferentes problemáticas que se convierten en necesidades de cambio y crecimiento para garantizar el éxito de la organización. Propongo procesos abiertos y personalizados que no rompan el día a día del equipo, altamente especializados con un enfoque eminentemente practico y orientado a resultados.
Mi trabajo como formadora me da la posibilidad de trabajar con equipos, personas distintas, con necesidades diferentes, pero con funciones, objetivos, tareas y problemáticas similares dentro de una misma empresa. Aprovechar esta diversidad es un objetivo básico para enriquecer estas acciones formativas en grado máximo. Cada equipo es un nuevo reto, que me hace desplegar todas mis capacidades y habilidades con un tiempo de reacción mínimo, realmente excitante y motivador. Siempre salgo agotada de los cursos, por la energía, concentración y atención que exigen, pero también salgo con esa sonrisa de orgullo, al sentir otra experiencia de crecimiento conseguida.
“Aprender a gestionar los procesos emocionales nos convierte en mejores profesionales, al aumentar nuestra capacidad para permanecer en entornos de alta exigencia, provocando un efecto positivo en nuestro rendimiento y en nuestra eficacia”.
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